FAUNA ROSA-PALOMARES ROSAS
La naturaleza es sabia y lleva con férreo rigor sus máximas; la mas trágica de sus leyes es la selectiva; efectivamente, SOLO LOS MAS APTOS SOBREVIVEN, Y LAS ESPECIES MENOS. APTAS SE EXTINGUIRÁN, enuncia esa ley. Para no aparecer en las listas de animales en peli­gro de extinción las distintas razas de animales se dotan de todos los recursos posibles para que solo los mejor dotados, los mas fuertes y los mas atractivos sean los que perpetúen su especie; así es, el pavo real se cubre con un costosísimo , vistoso y pesado plumaje para poder cubrir el mayor numero de hembras; o los salmones en sus frezas solo podrán fecundar los huevos de sus hembras los machos que consigan remontar los procelosos ríos, y ya a un nivel mas cer­cano con nuestras palomas, solo podrán conseguir hembra ,o conse­guirán las mejores , los machos con mejor plumaje, y los mas fuertes y constantes. Todo este derroche de energía es el tributo que la naturaleza impone para que las razas vayan mejorando y no caigan en el pozo de la extinción.
Hay un aspecto donde la naturaleza no cumple esas leyes que nor­malmente emplea y aplica con rigor, especialmente la que dices CON EL MÍNIMO ESFUERZO HAY QUE OBTENER EL MÁXIMO RENDIMEIENTO , así es, las prácticas homosexuales exigen dedicar enormes recursos muy caros que nunca conducen a la reproducción ni a la perpetuación de la especie.
La homosexualidad es una practica común entre los humanos y que algunos estamentos de la sociedad cataloga como aberraciones , precisamente quienes practica el celibato impuesto (esa si es una verdadera aberración sexual); por suerte hoy estas practicas ho-mosexuales solo se ven como una opción sexual más ; todo esto no es obstáculo para cuestionarse la practica homosexual en el mundo animal.
Como se ha dicho, la reproducción implica un excesivo gasto de recursos en el mantenimiento del sexo masculino, la compensación a este gasto es que los mejores serán los que perpetúen la especie, por esta razón y desde un punto de vista meramente biológico la homosexualidad no tiene sentido , puesto que implica un gasto de recursos que no conduce a un aumento de la descendencia.
Las practicas homosexuales en los primates son habituales y que también pasa con otros mamíferos: gatos, perros, burros, jirafas etc» El juego homosexual es casi universal en animales jóvenes que lo hacen a modo de entrenamiento o aprendizaje.
Dentro del mundo de las aves, hay frecuentes relaciones homosexuales en gaviotas, periquitos, patos criollos y por supuesto palomas; pero peces y reptiles tampoco se escapan de estas prácticas.
Pero si la homosexualidad se da de forma natural con los animales en su medio, cuando los sexos se separan, las prácticas homosexuales se multiplican exponencialmente. Efectivamente, los criadores de toros bravos dan fe que es de los mas normal la monta de un toro a otro. En nuestros palomares la conducta homosexual empieza a ser visible cuando no hay una paridad macho-hembra . Las hembras son siempre mas proclives a estas prácticas , especialmente cuando se vuela en celibato integral, es entonces y coincidiendo con la primavera-verano , cuando entre un 20 y un 30 % de las hembras se emparejan entre si ; los machos también lo practican pero con mucha menos intensidad que las hembras.
Para combatir la homosexualidad en el palomar de hembras y bajarles la líbido , se les da una dieta casi de cebada exclusivamente; algunos colombófilos colocan redes o telas metálicas colocadas en el suelo inclinadamente con el fin de que no se puedan posar y tengan que estar necesariamente en el palito.
Las bolas de naftalina la usan algunos colombófilos y con éxito según dicen como potente inhibidor sexual.
El zoólogo J.Dave, nos dice que desde el punto de vista de la genética de las poblaciones, la idea de un gen gay es ridícula . Si hubiese un gen específicamente gay , o un conjunto de genes que predispongan a la homosexualidad , entonces , asumiendo que los homosexuales se reproducen a una tasa menor que la población en general, ese supuesto gen gay tendría que desaparecer.

Félix Martín Vilches