Cuando la paloma sale del baño o la ducha , lo primero que hace es sacudir su cuerpo a ambos lados (reacción instintiva) a la manera que lo hacen los perros y la mayoria de animales. Una vez sacudido su cuerpo y sin alejarse mucho del baño, tratará de secar lo mas rápido posible sus plumas remeras; para ello, tumbada sobre uno de sus lados y con el resto de plumas semi-erizadas va entreabriendo alternativamente las alas ofreciéndoselas al sol en un intento de logras que esas básicas plumas de su cuerpo se sequen en el menor tiempo posible y de la forma mas efectiva: procurando que el sol incida en las alas perpendicularmente buscando su máximo poder evaporizador. Si está nublado, la paloma altera un poco la táctica y batirá las alas continuamente para que el aire ejerza de secador.
Esta costumbre de prioridad en el secado de las plumas alares no es casual , sino que obedece al instinto de conservación que todas las palomas poseen . la paloma sabe que con sus remeras mojadas , su capacidad de vuelo queda notablemente mermada , amén de que el agua supone un peso adicional en su cuerpo del que hay que deshacerse rápidamente, pues en ello les va su seguridad y por ende su vida.
Cuando en dias de fuerte viento ponemos baño o cuca las palomas , son reacias a bañarse , aunque luego la tentación puede mas y poco a poco inician los ritos de uno de sus placeres : el baño. Quizás esta precaución que las palomas toman en dias ventosos sea una cuestión de supervivencia, pues si ya de por si el hecho de bañarse es bajar la guardia en cuanto seguridad , el dia ventoso aumenta notablemente la vulnerabilidad de la paloma .
Una vez seca, la paloma busca ya un lugar tranquilo y soleado y tomándose todo el tiempo del mundo , se dedicará a la 2ª cosa que mas le gusta en esta vida, que no es otra cosa que aselarse las plumas .En esta operación tratará de engrasar sus plumas para que estén en perfecta impermeabilidad , no solo contra el agua sino contra los excrementos de sus compañeras en el palomar o incluso volando (que también excretan).

Félix Martín Vilches