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LOS HONGOS Y EL MAIZ
- Mar 8 2010




AUTOR: Daniel Presello, Juliana Iglesias, M. Fernández, C. Fauguel, Guillermo Eyhérabide y Roberto Lorea, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Estación Experimental Agropecuaria Pergamino
Una de las prácticas de manejo que puede reducir la contaminación con micotoxinas en grano de maíz es el uso de cultivares resistentes. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria financia un proyecto que tiene entre sus objetivos identificar cultivares resistentes a las especies fúngicas toxicogénicas prevalentes. Debido al permanente registro de nuevos materiales, la evaluación es un proceso continuo con el objeto de mantener la información actualizada. Este sitio recibirá modificaciones anuales con el agregado de información a fin de mantener actualizada una base de datos sobre resistencia a hongos toxicogénicos en el grupo de cultivares disponibles para la región maicera templada. La misma es de uso público y puede ser citada mencionando esta fuente.



Importancia del problema

El cultivo de maíz es afectado por patógenos fúngicos que causan podredumbres de grano y espiga, Entre los más frecuentes, Fusarium verticillioides, F. graminearum y Aspergillus flavus son importantes porque contaminan el grano con micotoxinas. El consumo de alimentos contaminados con estas toxinas causa enfermedades en humanos y animales que pueden llegar a ser fatales. En las industrias de producción de carnes, huevos o leche, en las que el maíz es una parte de la dieta, ocurren en forma frecuente epidemias de estas enfermedades que, aunque pueden ser sintomáticamente poco visibles, afectan la productividad o la reproducción de los animales. Las micotoxinas más frecuentemente encontradas en maíz son las fumonisinas, producidas por F. verticillioides y otros hongos de la sección Liseola (Iglesias et al., 2005); deoxinivalenol y Zearalenona, producidas por F. graminearum y aflatoxinas producidas por A. flavus. Una forma de prevenir la contaminación, es el uso de cultivares menos susceptibles a estos patógenos. Este trabajo se realizó con el objetivo de obtener información sobre la resistencia de cultivares modernos de maíz a hongos toxicogénicos.



Materiales genéticos y métodos
Ensayos inoculados a campo: Los cultivares fueron sembrados en un diseño de bloques completos aleatorizados en un arreglo factorial (cultivar x patógeno) con unidades experimentales de 50 plantas a una densidad de 72.000 plantas por m². La inoculación se realizó con suspensiones conidiales de F. verticillioides (aislamiento P364), F. graminearum (VI-II-3, gentileza UNLP) y A. flavus (RCM89, gentileza UNRC). Previo a la inoculación se probó la capacidad toxicogénica de todos los aislamientos. Se inocularon 2 ml de una suspensión conidial a una concentración de 1 × 106 esporas por ml mediante inyección en el canal de los estigmas. Se evaluó la severidad de síntomas mediante una escala visual de porcentaje de área de la espiga afectada. Se determinó la concentración de micotoxinas en grano (fumonisinas FB1 y FB2, deoxinivalenol, Zearalenona, y aflatoxinas B1, B2, G1 y G2), mediante cromatografía líquida de alta performance.

Ensayos inoculados en laboratorio: Dado que los mayores problemas de contaminación con A. flavus ocurren en postcosecha, para esta especie los híbridos fueron evaluados en una simulación de almacenamiento en condiciones inadecuadas, mediante la técnica kernel screening assay (KSA) desarrollada en la Universidad de Nueva Orleans. Brevemente, 24 granos de cada híbrido fueron esterilizados superficialmente mediante inmersión en hipoclorito de sodio al 25% durante 5 minutos. Inmediatamente después, se realizo un enjuague rápido y luego tres lavados por inmersión de 1 minuto cada uno con agua destilada estéril. Posteriormente se inoculó con A. flavus mediante inmersión de los granos en una suspensión de esporas a una concentración de 4 x106 conidios/ml (Fernández et al., 2009). Los granos inoculados se colocaron en placas multipoe